La Rioja entre viñedos con la BMW R 18 B

Thierry recorre La Rioja entre viñedos con la BMW R 18 B en busca de los mejores destinos de la región en una ruta de tres días visitando los hoteles motorfriendly Ruralka. 

El otoño es una época perfecta para ir de ruta por los viñedos entre amigos y apreciar los colores cálidos del campo.

La Rioja siempre es buena opción en cualquier temporada, pero en octubre y noviembre, los viñedos lucen con la llegada de la cosecha de la uva. La paleta cromática que ilumina la región se enriquece con los rojos, los ocres o los amarillos que ofrecen sus viñas, sus montes y sus campos.  

La protagonista de la ruta fue sin duda la nueva BMW R 18 B, al estilo de una «bagger». Ofrece un parabrisas bajo con maletas y un motor bóxer de 2 cilindros, el «Big Boxer». El motor bicilíndrico plano más potente jamás construido para la producción de motocicletas en serie cuenta con una cilindrada de 1.802 cc y genera una potencia de 67 kW (91 CV) a 4.750 rpm. En el rango de 2.000 a 4.000 rpm, ofrece más de 150 Nm de par motor en todo momento, así como un imponente empuje y un poderoso sonido. Lleva un depósito de combustible de 24 litros para disfrutar de una autonomía superior a los 300 kilómetros que hará que no necesitemos repostar casi en toda la ruta.  

 Nuestra aventura empezará y terminará en la capital de la Ribera, Aranda del Duero. Nos iremos hacia La Rioja que ofrece a los ‘mototuristas’ unas carreteras singulares por su belleza y elementos de protección.  

La Rioja está apostando fuerte en los últimos tiempos por crear carreteras mucho más seguras para los motoristas. Su última iniciativa ha sido instalar una pionera señalización horizontal en algunas de sus carreteras en la que muestra a los motoristas cuál es la mejor trazada para afrontar la siguiente curva con seguridad.  

Desde Aranda del Duero, iremos por Laguna de Cameros por la LR-250 pasando por Soto en Cameros para acabar en el hotel bodega Finca de los Arandinos, el primer proyecto enoturístico en La Rioja que integra bodega, hotel, restaurante y spa.  

Este recorrido consta de 220 kilómetros, muchas curvas y unos paisajes espectaculares. El trazado permite apreciar parajes naturales como el Cañón del Rio Lobos, la Sierra Cebollera y el mirador del Cañón de Río Leza (Soto en Cameros).  

En el Hotel Bodega Finca de los Arandinos, encontraremos 14 habitaciones diseñadas por dos de los creadores más importantes de España: El diseñador David Delfín y el arquitecto Javier Arizcuren.  Las habitaciones combinan la elegancia de un diseño moderno cuidado hasta el último detalle con la funcionalidad y el confort.  

Por la noche, nos quedamos en el hotel para cenar en su restaurante llamado TIERRA donde encontramos la esencia de la cocina local con productos cercanos de productores y elaboradores riojanos que dedican su vida a sacar lo mejor de esta tierra. Pudimos aprovechar de su bodega y disfrutar de un Crianza 2016 con toques de pimienta y frutos negros. Pura delicia!  La Bodega es una de las partes mas importantes del hotel. La propiedad cuenta con 16 Ha de viñedo localizadas en el pueblo y repartidas en 30 parcelas en distintas zonas en torno a la bodega.  

El día siguiente, nos fuimos hacia otro hotel llamado Teatrisso para pasar otra noche por el camino mas largo. 

Atacamos la carreta por la mañana para ir al Parque Natural Izkiko y subir el Monte Kapildui. Es una extensa zona eminentemente forestal recorrida por el rio Izki y bordeada por montañas. De ahí, nos fuimos a Treviño para aprovechar de las curvas y los paisajes completamente salvajes. Luego volvimos hacia Logroño, capital de Rioja Alavesa, para visitar algunas bodegas y disfrutar de sus famosas tapas.  

Después de comer, nos fuimos hacia Salinillas de Buradón, un pueblo completamente amurallado para perdernos por las curvas y la historia de la Rioja Alavesa.  

 Para acabar el día y disfrutar del pueblo medieval de Cuzcurrita-Río Tirón, nos fuimos directamente a Teatrisso, un encantador hotel boutique. Esta noble casa fue construida en el siglo XVII y ha sido restaurada para convertirse en un impresionante hotel con encanto. Durante los años 20 y 30 proyectaban en este palacete películas en blanco y negro, obras de teatro y bailes de salón. Cada una de las 12 habitaciones tiene una decoración diferente siguiendo una temática común: cine, teatro, literatura y música.   

El recorrido del segundo día consta de 200 kilómetros, unas paradas culturales, unas cuantas bodegas y tapeo.   

El tercer y ultimo día, decidimos acabar nuestra aventura en Aranda de Duero con una ruta de 200km en unas 4 horas. ¡Una parada en Quintanar de la Sierra y muchas curvas fue el orden del día!  

Después de 3 días por las carreteras riojanas, unos 600km de curvas y unas cuantas bodegas, nos separamos con una sensación de satisfacción y con ganas de repetir este viaje en otra región vinícola de España.  ¡Vamos a por el siguiente!