Es conocida la leyenda escocesa de finales del s.XIX que decía que la persona capaz de observar el último rayo de sol reflejado en la tierra, el rayo verde, tiene la capacidad de leer momentáneamente los pensamientos de las personas que se encuentran a su alrededor. La fábula contaba además que quien contemplaba el rayo verde durante una puesta de sol era, verdaderamente, una persona enamorada. El mismísimo Julio Verne se puso a trabajar en una novela con esta base argumental, el resultado fue ”El rayo verde” publicada en 1882, una de sus obras menos conocidas. El cineasta Éric Rohmer le dedicó una película. Es un efecto de la dispersión de la luz del atardecer entre los gases de la atmósfera, con mayor intensidad el violeta y el azul. Cuando se sonroja en sol, como diría Fabrizio Caramanga, el último rayo apenas visible cambia en un instante su tono anaranjado por verde.
Además de la observación del sol ocultándose en el horizonte, se producen dos fenómenos más como la visión de la sombra de la propia Tierra. Se observa en el horizonte despejado como una banda de color azul marino-grisáceo, proyectada sobre la atmósfera terrestre de espaldas al astro rey. La sobre ella se desenvuelve el Cinturón de Venus, un símbolo que posee la virtud de otorgar un don especial quien lo lleva y procurarle amor. Con la desaparición del sol, este verano también pueden verse brillar hasta el amanecer Venus, Júpiter y también Saturno, con sus misteriosos anillos. Un dicho popular reza que “Los viajes son como los atardeceres, si esperas demasiado los pierdes”, por lo que más vale hacerle caso y que no esperemos ni un minuto yendo puntuales hacia estos cinco destinos para enamorarnos del verano.
Nuestro primer destino hacia el ocaso es la Playa de la Caleta en Cádiz, un arenal flanqueado por los castillos de San Sebastián –donde se ubica uno de los primeros faros eléctricos de España– y Santa Catalina –con forma de estrella–, y cuya belleza inspiró a Albéniz o Pemán. Tiene apenas medio kilómetro de longitud y 50 metros de anchura, y sigue estando vigilada hace casi un siglo por las torres con sus cúpulas redondeadas del Balneario de Nuestra Señora de la Palma y del Real. La Caleta es la única playa del centro histórico de Cádiz y lo es todo para la tacita de plata. De espaldas a la playa se extiende el barrio de la Viña. Un barrio sencillo y tradicional de pescadores, donde las tabernas y los bares de tapas típicos sirven navajas a la plancha, fino y jerez de la zona ambientando sus calles. Aquí el carnaval se vive con intensidad todos los años por sus callejuelas siempre animadas y en sus pintorescas plazas, como la del Tío de la Tiza.
Si vas a venir a Cádiz, acomódate en el Kook Hotel Tarifa, que te sorprenderá por su propio espíritu “Kook” denominado por ellos mismos.
El Mirador de Ézaro está situado en la provincia de A Coruña, en el concello de Dumbría, en plena Costa da Morte donde se encuentra este espectacular mirador. Lo encontrarás en un saliente rocoso, un mirador localizado en un saliente rocoso que hace en ocasiones de balcón natural, muy próximo a la cascada del Xalla Se trata de la única cascada fluvial en toda Europa que desemboca en el mar, que hace de balcón natural, permite ver las laderas del monte Pindo, el océano Atlántico y el cabo Fisterra al fondo. El cabo enamoró también a geógrafos e historiadores grecorromanos. El general romano Décimo Junio Bruto, tras recorrer toda la costa del Océano como vencedor, no regresó hasta contemplar, cautivado pero atemorizado también de cometer un sacrilegio, cómo al finalizar el día el sol se precipitaba en el mar y una llamarada salía de sus aguas.
Alójate en uno de los hoteles con encanto de Ruralka como O Casal das Árbores en Labacolla -Santiago de Compostela-, Entre Os Rios en Pobra do Caramiñal, Casas do Campo en Monfero, Casa Brandariz en Arzua, todos ellos “Motorfriendly”, o Casa do Zuleiro en Outes.
Solamente con citar su nombre, la Playa del Silencio en Cudillero (Asturias), ya nos da pie e recrearnos con esta playa majestuosa y su recuerdo siempre prenderá nuestra retina. La Playa del Silencio se la conoce en realidad como playa d’El Gavieiru, aunque su nombre popular proviene de su particular morfología. Las impresionantes moles rocosas son unas soberbias protecciones naturales frente al mar, protegiéndola del impasible oleaje y creando un remanso de aguas calmadas. El rudo carácter del Cantábrico combinado con la incuestionable belleza del entorno natural astur logra que cualquiera de sus más de doscientas playas a lo largo de sus 472 kilómetros de costa sean a cual más idílicos para presenciar la puesta de sol. Pero el pedrero de esta playa, la orientación de las rocas y su consideración como Paisaje Protegido de la Costa occidental Asturiana hace que las puestas de sol nos hagan vibrar. La experiencia contemplar desde aquí el atardecer en el más absoluto de los silencios es más que recomendable.
Y para entrada la noche te recomendamos disfrutar igualmente en uno de los diez hoteles con encanto Ruralka que se encuentran en el Principado de Asturias: CieloAstur en Linares de Proaza, Casa Maru en Cabrales, Hotel Rural Valleoscuru en Llanes, El Gran Sueño Rooms & Suites en Pintueles, Hotel Mar del Sueve en Colunga, Hotel ARTIEM Asturias en Villaviciosa, Finca Portizuelo en Luarca, Apartamentos Rurales La Santilar en La Pereda, Hotel Rural y Apartamentos Son de Mar en Quintueles – Gijón, todos ellos calificados “Motorfriendly”, y también el hotel La Memoria en Llanes.
El Templo de Debod fue un regalo de Egipto a España en 1968 en compensación por la ayuda española tras el llamamiento internacional realizado por la Unesco para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, en peligro de desaparición debido a la construcción de la presa de Asuán. A la hora de ser trasladado desde su emplazamiento original hasta Madrid, se situó de manera que conservase aproximadamente la misma orientación, de este a oeste. En Egipto, su emplazamiento era un lugar de culto del que, desafortunadamente, se desconoce a qué divinidad se profesaba devoción. El Templo de Debod está situado al oeste de la Plaza de España, junto al paseo del Pintor Rosales, en un alto donde se encontraba el Cuartel de la Montaña. Al ser un punto muy céntrico en la capital de España, la elevación del plano con vistas a La Casa de Campo, Palacio Real y Catedral de la Almudena, se logra un entorno idílico para visitarlo cuando se va acabando el día.
Ven de escapada a Madrid a uno de estos tres hoteles rurales, Torreblanca en Guadarrama, con el sello “Motorfriendly”, Hospedería del Valle Boutique Apartments en Gargantilla de Lozoya y El Cocherón 1919 en Aranjuez.
Los palacios, jardines y fortalezas de La Alhambra en Granada inicialmente levantadas para alojar al emir y la corte del Reino Nazarí, y después a los miembros de la realeza castellana y su séquito. Al ser también un enclave defensivo, La Alhambra se alzó sobre la colina de la Sabika, uno de los puntos más elevados de la ciudad de Granada. La Alcazaba es el recinto situado en la parte más occidental del cerro de Sabika, de planta trapezoidal algo irregular. Constituía la zona militar, centro de la defensa y vigilancia del recinto y por ello fue la construcción más antigua de la Alhambra. Se completa con Medina, la ciudad destinada a cubrir las necesidades de la corte, y los palacios de El Mexuar, Palacio de Comares y Palacio de los Leones. El enclave más popular para despedir el día sobre el conjunto monumental es el Mirador de San Nicolás, y también puedes ver esconderse el sol desde la cara opuesta en La Silla del Moro. En La Placeta de Liñán serás testigo de la “vidilla” del Albaicín o en pleno centro de Granada desde el puente del Genil.
Disfruta de este “planazo romántico” en un hotel Ruralka tan encantador como Balcón de las Nieves en La Zubia.
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