by Flora Morar, Embajadora 3ª Edición Cuna de Viajeros.
Arrancamos motores desde la Finca El Rancho de la Aldegüela, en Torrecaballeros, alojamiento al puro estilo Ruralka. No era mi primera vez aquí. Había estado en otra ocasión, sin embargo, esta vez, traje de paquete en la moto a mi hermana. Disfrutamos las dos en uno de los alojamientos Ruralka.
Realmente antes de empezar con esta ruta, mi hermana y yo ya llevábamos horas y kilómetros encima, ya que salimos desde Sabiñánigo con la R1250GS que me cedió BMW Motorrad. Así que para lo que quedó de día tuve preparada una ruta circular para enseñarle Segovia, una provincia que me enamoró.
La primera parada fue en Pedraza, uno de los pueblos más bonitos de España. Nos bajamos de la moto y nos dimos un paseo por la Calle Real y acabamos la visita en la Plaza Mayor. Una parada obligatoria.
Continuamos nuestra ruta por la carretera SG-P-2322 para parar en el mirador de Zuloaga (Sepúlveda), típica parada motera que merece la pena por su vista panorámica de la población de Sepúlveda. Cuando vamos las dos juntas en la moto nos encanta hacer moto-turismo y conocer sitios nuevos. De hecho, era la primera vez de mi hermana por Segovia y estábamos disfrutando mucho de la ruta ya que todo era nuevo para ella.
Cascos, guantes y arrancamos de nuevo la GS. ¡Cuánto me gusta el motor boxer y qué cómodas vamos las dos! Tras unos kilómetros cogimos una pista de tierra para adentrarnos hasta llegar al mirador del Convento de Hoces del Rio Duratón. Moto en modo offroad y las dos de pie. No es una pista larga, pero había trozos con mucha arena y era la primera vez que me metía en sitios así con mi hermana de paquete. La moto y mi hermana respondieron muy bien. Entre risas y gritos llegamos al mirador. Recuerdo que ahí paramos un buen rato para admirar el paisaje. A las dos nos encanta la naturaleza y ahí nos sentíamos bien.
Nuestra última parada antes de partir al hotel fue Turégano. Paramos a ver el castillo; una fortaleza imponente e intrigante. Una iglesia dentro de un castillo. Recuerdo que aquí también estuvimos un buen rato. Cuando vamos a sitios que desconocemos, una vez allí, nos gusta buscar información en el momento para hacernos una idea de dónde estamos y saber la historia. Terminamos de ver el castillo y nos fuimos a nuestro punto de partida, Finca El Rancho de La Aldegüela Acabamos la tarde en el jardín del Hotel tomando un café mientras comentábamos la ruta. Finalmente terminamos cenando en la Taberna del Rancho.
Al día siguiente nos despertamos, bajamos a tomarnos el desayuno que ofrecía el Hotel, por cierto, riquísimo y muy completo. Después nos tomamos el café en el jardín. Nos gustó mucho el entorno del Hotel. Como amantes de la naturaleza, nos gusta estar rodeadas de verde, de tener ese espacio de paz para poder relajarnos. Arrancamos la GS pero antes de dirigirnos a la sede de BMW nos queríamos dar una última vuelta disfrutando juntas, así que fuimos a hacer el Puerto de Navacerrada.
De la nada pasamos del sol al frío, lluvia y niebla. Paramos a ponernos el traje de agua, puños calefactables a todo trapo y a seguir. Disfrutamos igualmente, pero no nos queríamos quedar con un mal sabor de boca, así que seguimos dándole gas hasta el Embalse de El Atazar. El tiempo era todo un misterio, era cambiante constantemente. Al menos tuvimos suerte y al llegar al embalse, tuvimos buenísima temperatura y estaba muy despejado.
Ahora sí, con pena, nos dirigimos a la sede de BMW a devolver la R1250GS. Hemos disfrutado mucho las dos durante este viaje. Moto muy cómoda para viajar dos personas. De todas las motos que mi hermana ha probado, se queda sin duda con una GS.
Rutómetro
Itinerario
Torrecaballeros – Pedraza – Sepúlveda – Hoces del Río Duratón – Turégano – Torrecaballeros
- Ruta total: 126 km
- Tiempo estimado: 2 horas
- Época recomendada: todo el año
Puntos de interés
- Pedraza
- Sepúlveda
- Hoces del Río Duratón
Hoteles recomendados
- Finca El Rancho de La Aldegüela, Torrecaballeros
Perfecto lugar dónde hospedarse y realizar maravillosas rutas moteras. Todavía recuerdo mi estancia y a las personas tan entrañables que conocí de las cuales entable una gran amistad y sobre todo los manjares de comida que degusté en el Rancho. Una ruta motera sin recorrer es un paraíso sin conocer y gozar. Disfrutad mucho!