The Silent Route

El ruido suele ser algo que siempre nos rodea en nuestra vida diaria, nos atenaza e inunda y la mayoría de veces nos está perjudicando sin darnos cuenta para poder pensar con una mayor claridad y ordenar nuestros pensamientos, el silencio y los sonidos de entornos naturales científicamente mejoran los resultados de los partos, las tasas de mortalidad, la salud mental, el estrés, el rendimiento cognitivo y la tasa de una cantidad de enfermedades, es una gran herramienta la cual nos puede permitir mejorar nuestra vida diaria con una mayor eficiencia. Muchas personas no suelen valorar el silencio como realmente deberían, pero en la ajetreada sociedad actual es algo que suele suceder muy frecuentemente.

Me gusta viajar por carreteras con cicatrices; con grietas que te cuentan historias de ese lugar, de lluvias, de temperaturas extremas, de cambios que hacen que como arrugas en la piel, cuenten la vejez de la carretera…una carretera nueva está bien para correr, pero una carretera con cicatrices está bien también para leerla, entenderla y para vivirla.. Ella me ayuda a afrontar cada día como un nuevo kilómetro que recorrer, a cada problema como una curva que negociar y cada alegría como un destino maravilloso para visitar, alcanzar y descubrir.

El lugar elegido para alojarnos es la Masía el Mangranar. Un hotel Ruralka rodeado de naturaleza, situado en medio de pinares y muy bien protegidos por las montañas, encontramos el sitio ideal para disfrutar del descanso y la desconexión y del mismo modo ejecutar el plan perfecto diseñado en forma de rutas de moto. Estamos en un precioso hotel rural con mucho encanto de estilo rústico y decoración de habitaciones con piedra y techos con viga de madera. Estupendo lugar para disfrutar. En los alrededores, tenemos amplios jardines donde poder pasear y recrearse rodeado de un gran entorno de naturaleza y vida, podemos observar los caballos y las ovejas y practicar la fotografía para inmortalizar momentos inolvidables. También hay un restaurante con cocina típica de la zona. Fuera del hotel, en su piscina, podemos disfrutar con el buen tiempo de un chapuzón y un cóctel.

Las rutas que podemos realizar desde aquí son muchas, la principal y por la que he venido es la emblemática The Silent Route, y también podemos visitar pueblos con encanto de Castellón, la Sierra de Espadán, Sierra de Calderona, Puerto de Cantavieja, Puerto de Gúdar y Puerto de Majalinos, etc. La cercanía de mi domicilio hizo posible que pudiese estar todo un fin de semana hospedado y realizar todas esas visitas, entre todas las rutas realizadas viernes, sábado y domingo no acumule más de 600 kms. Es una cantidad muy moderada, lo cual sirvió para poder disfrutar más del alojamiento y toda la belleza de su entorno.

Una vez escuchado el nombre de la ruta del silencio, puede venir a la mente un paisaje desolado, desértico y profundo y escaso de vehículos, pero verdaderamente no es así, es una ruta profunda pero de Aragón, pudimos recorrerla, disfrutar de sus curvas interminables y de sus descomunales paisajes. En la carretera A-1702  lo extraordinario es la norma.

Esta carretera discurre como una vieja arruga por la piel marcada por el silencio y el misterio y que a primera vista parece un territorio áspero y agreste pero que pronto se muestra al visitante como un auténtico edén repleto de masías solitarias, caminos angostos que abren senderos en la piedra, ríos frágiles y huérfanos, montañas que se elevan y tocan el cielo, vergeles que arropan los recursos de ríos y barranqueras, pueblos que se encaraman como un manto a las laderas o que se asoman vertiginosamente al precipicio, palacios, torreones, ermitas, telares, molinos… Un paisaje de equilibrio entre naturaleza e historia envuelto en un entorno apenas transformado. En 60 kilómetros la carretera transita por paisajes de marcada personalidad y grandes contrastes. Se suceden montañas serenas, abruptas cuestas, angostos labrados en caliza y páramos azotados por el viento. Un recorrido de indomable belleza que seduce y conmueve. Sinceramente pienso que el nombre de la ruta viene dado porque cuando paras y apagas el motor de tu moto solo se oye eso, Silencio, cuando llegas a un espacio natural procura buscar un lugar para relajarse, sentarse, tumbarse,…y después de un rato de calma, comenzará a escuchar los diferentes sonidos… No trate de identificarlos, sino solo percibirlos y disfrutarlos. Si quiere caminar, lo aconsejo, pero hágalo despacio, intente sumergirse en el entorno y evadir los típicos pensamientos diarios, desconectar para poder escuchar mejor los sonidos naturales.

Planifique al menos algo de tiempo y espacio para encontrarse con una experiencia satisfactoria. Si se puede escoger con anticipación el tipo de medio natural para asegurar un tipo de sonidos naturales de la fauna y geofísicos. Los pájaros que nacen en una jaula piensan que volar es una enfermedad, por tanto no esperéis más y lanzaros a realizar esta ruta, estoy seguro que no os arrepentiréis.

Aunque, a primera vista, los más de 60 kilómetros de carretera puedan resultar pocos, este paraje de Teruel incluido en las rutas de Slow Driving de Aragón guarda muchos lugares increíbles detrás de cada curva. A continuación vamos a hacer un listado con los lugares que encontrarás en la propia Silent Route, pero también de esos que se pueden encontrar si te desvías solo un poquito de la ruta. Aconsejable a ritmo lento, seguridad y disfrutar del entorno.

Al inicio realizando de sur a norte se le conoce como «el Cuarto Pelado» a la zona que rodea el cartel con el inicio de la Silent Route desde Cantavieja. Recomendamos que te detengas en este punto, ya que en el cartel de salida (el que está pasando Ejulve) no hay tanto espacio para poder parar a hacer la foto de rigor.

Cañada de Benatanduz es el primer pueblo que nos encontramos dentro de la Silent Route como tal y, como curiosidad, es el pueblo más alto de la comarca del Maestrazgo, a 1612 m. Descendiendo desde Cañada de Benatanduz, la Silent Route empieza a mostrarnos su cara más característica. Son las curvas de los estrechos del río Cañada, solo un aperitivo para lo que viene después. Afinando la vista y mirando desde el interior del casco, encontramos una torre solitaria en mitad de la nada. Es la Torre Gorgue, construida entre los siglos XIV y XV para vigilar la zona. Actualmente no se puede visitar por dentro, debido a que es de propiedad privada, pero llama la atención esta construcción medieval y destaca en el paisaje. Siguiendo la carretera de la ruta encontramos el pueblo de Villarluengo.

Este pueblo de la comarca del Maestrazgo se sitúa sobre una loma y se asoma al vacío desafiando las leyes de la física. Su ubicación llama la atención y, hicimos parada para pasear por sus calles empedradas y tomar un refresco.

Nos desviamos a la localidad de Pitarque, a diferencia de los pueblos que estamos visitando hasta ahora en la Silent Route, se encuentra en un desvío de la ruta. Es decir, la carretera A-1702 no pasa por el pueblo, sino que hay que tomar un desvío. Aconsejo visitarlo. Estando ya en Pitarque no puedes dejar de hacer la ruta del nacimiento del río Pitarque, esta ruta sale desde el pueblo y son unos 4,8 km de ida y otros tantos de vuelta por el mismo camino. Es una ruta de agua, en la que te puedes bañar en las aguas cristalinas del río, pero que para llegar hace bastante calor, por lo que recomendamos evitar las horas centrales del día para caminar. La ruta está habilitada y no es complicada, incluso coincidimos con muchas familias con niños pequeños. Tanto el trayecto por carretera por el cortado hasta llegar al pueblo, como después pasear por sus calles y tomar algo en el bar, son experiencias que completan la Silent Route.

De nuevo en la carretera de la Silent Route principal, continuamos rumbo al norte y rápidamente unas rocas en las que sobrevuelan aves rapaces llaman nuestra atención y nos hacen detener la moto para contemplar el majestuoso paisaje. Son los Órganos de Montoro, son unas formaciones rocosas muy vistosas y con un alto valor natural y paisajístico. Recomendable detenerse para estirar las piernas, sacar prismáticos y disfrutar de las aves rapaces que sobrevuelan los Órganos de Montoro.

Dejamos atrás la comarca del Maestrazgo y nos adentramos en la comarca de Andorra Sierra de Arcos. Pero no solo cambia la comarca, también lo hace el paisaje. Negociamos unas curvas más y llegamos a uno de los puntos que no te puedes perder en “The Silent Route”: Silencioso. Así es como ha llamado al emblema, podríamos decir que también a la mascota, de la Silent Route. En uno de los miradores más impactantes de la Silent Route encontrarás este monumento con la emblemática cabra y el cartel de The Silent Route. Foto típica y carismática de la aventura.

Ejulve localidad para visitar, así como sus alrededores. Como teníamos tiempo disponible aprovechamos para recorrer la zona y conocer el pueblo, así como alguna de las rutas de senderismo que hay en sus alrededores. Además del indómito paisaje, los alrededores de Ejulve están cargados de historia y son muestra de la etnografía de la zona.

Y este ha sido nuestro relato de la ruta, puedo contar un millón de lindezas de entusiasmo de la ruta, pero perdería valor para los futuros visitantes y así que puedan descubrir y sentir lo mismo que hicimos nosotros. Los lugares visitados al igual que las personas con el tiempo cambian y si algo tengo muy claro es que volveré para poder sentir la magia de este sitio.

Recuerda, viajar es una pasión a la que no deberíamos renunciar. Si necesitas escapar del ruido diario, encontrar paz y armonía lo tenemos muy cerca, hay que visitar The Silent Route y atrapar la magia de las historias que cuentan estos pequeños pueblos al paso del tiempo. Observar de frente la naturaleza en estado puro que es sinónimo de vida y apostar decididamente por el turismo rural. Rutas por descubrir son sueños por cumplir.