Miguel Ángel Palomar, (@miiiguevlog en IG) nos muestra su recorrido a través de la montaña y el desierto de Tabernas de Almería sobre su BMW F900 GS, equipado con los neumáticos TKC 80 Continental, combinando rendimiento, agarre y seguridad en cada curva de esta privilegiada ruta a través de paisajes únicos del sur de España. 

La aventura comienza por Granada, con una cálida bienvenida en “El Balcón de Las Nieves”, un hotel encantador enclavado en plena naturaleza. Ideal para parejas viajeras, este rincón acogedor con vistas a la ciudad de Granada te recibe con la tranquilidad de la montaña y la hospitalidad de Logan y Duna, sus anfitriones perrunos, que te hacen sentir como en casa desde el primer momento. Tras un largo día de curvas y paisajes, disfrutaron de una cena casera y de la comodidad de saber que las motos descansan seguras en la cochera cubierta. Un inicio perfecto para una ruta inolvidable. 

Al día siguiente la ruta continúa hacia el corazón de la Alpujarra granadina, atravesando carreteras serpenteantes que regalan paisajes de postal y pueblos con un encanto que parece detenido en el tiempo, disfrutando de cada curva, cada aroma de la sierra y cada parada para descubrir la esencia alpujarreña. Al final de la jornada, el destino es el hotel Molino de Enmedio, un alojamiento con vistas privilegiadas a Sierra Nevada que invita al descanso y la contemplación. Su restaurante sorprende con sabores únicos, y la calidez de sus dueños convierte la estancia en una experiencia aún más especial, perfecta para recargar energías antes de seguir la ruta. 

 El último día de la ruta sigue buscando la aventura: del verdor de la Alpujarra da paso a la aridez del desierto de Tabernas, creando un contraste tan inesperado como fascinante.  

Las rectas infinitas y caminos solitarios convierten esta etapa en una experiencia única, donde la sensación de libertad se intensifica y, por momentos, uno puede incluso perderse entre ramales polvorientos y paisajes de película. El calor, el silencio y la inmensidad del entorno hacen que cada kilómetro se sienta diferente. Muy cerca, el Parque Natural de Cabo de Gata espera con sus calas escondidas y acantilados sobre el Mediterráneo, poniendo el broche de oro a una ruta que lo tiene todo: montaña, tradición, desierto y mar.