Este 2020 sin duda lo recordaremos para siempre. Hemos convivido con algo desconocido que ha transformado nuestra manera de relacionarlos socialmente y con ello el disfrute de algunas de nuestras aficiones que antes realizábamos con normalidad. Hemos cambiado nuestra forma de entender o disfrutar el mototurismo.
Viajar en moto para nosotros es algo más que subir encima de la moto y hacer kilómetros. Es sentir nuestro estandarte que con tanto orgullo llevamos de «sensación de libertad». Vibrantes y con la ilusión de un nuevo destino por descubrir para seguir disfrutando de una pasión que nos recuerda la importancia de cada minuto de libertad. Esto ahora lo valoramos más, no nos cabe la menor duda.
Con esta nueva normalidad causada por el Covid, hemos tenido que aprender a esperar, ser pacientes y aguardar el momento oportuno para salir a rodar manteniéndonos en la casilla de salida esperando a que levantaran la bandera como si estuviéramos en un circuito.
Cuando por fin hemos podido salir a rutear lo hemos hecho respetando las medidas de protección y seguridad que las autoridades nos han recomendado. Y es que el motorista tiene dos grandes ventajas, viaja al aire libre y utiliza el casco, por ello nos exponemos menos al contagio.
Además, otras de las cosas que podemos destacar son la cancelación de las concentraciones masivas moteras. Las rutas en grupo se han visto afectadas mucho en este sentido, hemos reducido nuestro círculo de contactos socialmente, pero viajando en moto también hemos elegido mejor a nuestros acompañantes. Aquí podríamos aplicar el dicho de «no hay mal que por bien no venga», ya que hemos seleccionado los compañeros de ruta con los que verdaderamente queríamos disfrutar de nuestro compadreo, eso tan nuestro que nos hace hermanos de gasolina compartiendo momentos únicos.
¡Estos ratitos de libertad ahora nos saben como el mejor plato de restaurante con estrella Michelín!
Este año nos han quitado la primavera y el otoño, nuestras estaciones favoritas para rodar en moto, pero seguro que hemos aprovechado el verano para exprimir nuestro tiempo descubriendo nuevos lugares que estaban en la lista y siempre dejábamos en espera.
Hemos conocido la belleza de lo más cercano, los pueblos de España con tanta historia que desconocíamos, la variada gastronomía, uno de los mayores atractivos y con mejores calidades del mundo, la incalculable riqueza del patrimonio cultural que hay en España o la variedad de la orografía española que cuenta con unos paisajes impresionantes muy diversos… Nos hemos humanizado algo más volviendo a nuestro origen.
En este origen hemos contribuido a la recuperación del turismo rural, aportando nuestro granito de arena a los distintos negocios que necesitaban nuestro apoyo para sobrevivir como hoteles motorfriendly o casas rurales, restaurantes, bodegas, spas, empresas de actividades etc.
La respuesta de los negocios hoteleros ha sido brillante, mostrando su mejor versión y ofreciendo la hospitalidad al cliente motorista en un ambiente acogedor, además de incluir nuevas propuestas para estancias en forma de experiencias y así formar parte del recuerdo del viaje del huésped para siempre. El motoviajero siempre está ahí y ¡queremos daros las gracias por ello!
De todo esto queremos hacer una lectura positiva, el motoviajero sabe esperar y se adapta a las circunstancias para poder disfrutar de una pasión que poco entiende de restricciones y mucho de nuevas oportunidades.
¿Cómo ha sido para ti como este 2020? ¿Con qué te quedas?
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