Sí, como lo oyes: nos vamos de procesión en moto. Os proponemos la ruta de las procesiones, esos lugares tan típicos de esta fecha, para que no nos entre la morriña. ¿Qué hay mejor que conocerlos juntos?
Estos últimos tiempos que estamos viviendo nos están enseñado que hay que buscar alternativas, y por ello nada nos puede quitar la ilusión. Es el momento de probar cosas nuevas y, por qué no, ¡inventárnoslas! Pero eso sí, si algo hemos aprendido es que no nos podemos quedar con las ganas de nada, ¡comenzamos!
No podemos empezar esta procesión en otro lugar que no fuera Sevilla, el lugar de España donde esta fecha se vive con mayor sentimiento. Sevilla es una ciudad llena de encanto, enamora desde que la pisas: el ritmo tranquilo, el arte que desprende y su tradición te cautivarán.
Pues bien, ¿qué sitios no nos podemos perder en esta gran ciudad con tanto arte?
Plaza de España: sin duda es una parada obligada. Entramos por sus jardines y si nunca has estado ¡prepárate! Al llegar hallaremos una de las plazas más bonitas que hayáis visto en la vida. Sus colores, escaleras, balcones, puentes, bancos, barcas, tamaño, mosaicos… Esas son solo algunas de las cosas que la hacen tan única, pero hay mucho más. Además, ¡atención los fans de Star Wars! Que sepáis que entre sus columnas se grabaron algunas de las escenas de las precuelas.
La Catedral y su Giralda: su increíble exterior ya te da pistas de lo que vas a poder encontrar por dentro. Es considerada la catedral más grande de estilo gótico del mundo, techos altos y grandes rosetones nos esperan. Después de verla, es hora de que subamos a la Giralda. Como curiosidad y aliciente, debemos saber que no nos esperan mil escalones, sino, rampas. Cuando lleguemos arriba tendremos una vista panorámica completa de toda Sevilla. ¡Merece la pena el ejercicio!
Después de un día por esta ciudad, es hora de volver a las carreteras para dormir en el alojamiento motorfriendly Ardea Purpurea Lodge. Se encuentra en Doñana, y en él encontraremos la paz que necesitamos antes de nuestra siguiente parada en la ruta. ¿Cuál será? ¡Cáceres!
Por la mañana, salimos con los motores cargados, abandonamos tierras andaluzas para dirigirnos a las extremeñas. Al llegar a Cáceres vemos que existen dos lugares totalmente diferentes, uno es el casco antiguo con un estilo medieval y un ritmo tranquilo, y por otro lado, nos encontramos la ajetreada ciudad, ¡dos polos opuestos! Lo mejor que podemos hacer es perdernos por sus calles, y conociendo así el casco histórico.
Nuestra propuesta en Cáceres es La Concatedral de Santa María. No podemos dejar de subir a su torre, a la que llegaremos arriba por una estrecha escalera de caracol. Después de conocer Cáceres y sus montones de iglesias y sitios de interés nos dirigimos a descansar a Finca el Cabezo en Villamiel. Al llegar, nos encontramos un caserío que cuenta con una chimenea que nos invitará a olvidarnos de todo y desconectar en plena Sierra de Gata. Por la mañana, las vistas y el desayuno, hacen que no nos queramos marchar, pero ¡nos queda nuestra última procesión!
Toledo nos espera, así que nos subimos a nuestras motos y arrancamos motores. Ponemos rumbo a tierras manchegas, y al llegar nos encontramos una ciudad medieval de gran patrimonio histórico.
Su gran muralla y calles empedradas nos esperan. A nuestra llegada estamos obligados a ver: el Mirador de la iglesia de los Jesuítas, Iglesia de Santo Tomé y la Catedral de Santa María.
Después de un intenso día, paramos a ver el atardecer desde uno de los muchos miradores de Toledo para apreciar esas estrechas calles iluminadas por el sol cayendo, será el broche de oro a nuestra particular procesión.
Para terminar nuestro último día de viaje, ponemos rumbo a Miluna, Open Nature Room. Sin duda, el mejor final de procesión que podríamos soñar, viendo las estrellas desde una burbuja. ¡Imperdible!
Estamos deseando volver a las carreteras, y esta ruta de procesiones es perfecta para todo el año, ¡no creas que solo vale para Semana Santa! Tres comunidades con mucho encanto y tres ciudades que se mueren porque las conozcas, ¡date el gusto!
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